Al momento de escribir estas líneas, la intención unitaria para enfrentar las próximas elecciones regionales en el estado Miranda, pasa por un acompleja prueba.
Es del conocimiento público la legítima aspiración de quien suscribe a la gobernación de nuestra entidad, como también se conoce la propuesta de otro aspirante por las fuerzas democráticas, frente a la pretendida imposición de la continuidad oficialista por parte del gobernador actual. Una gestión que ha sido letal para los mirandinos.
Aquí, nos encontramos una vez más frente a la encrucijada que ha sido una constante en la política de las últimas dos décadas en Venezuela: unidos, ganamos. Divididos, perdemos.
Es algo que la ciudadanía de Miranda no va a perdonar. Es obligatorio ganar, de cara a los años adversos que han hundido a estas tierras en la desidia y el abandono. Urge atajar la deriva irresponsable que marca hoy la gestión –o la ausencia de ella- en el estado.
Los dolientes de este tema ya saben que hemos intentado buscar la mejor solución posible para ir unidos a las elecciones regionales. De nuestra parte salió la propuesta de unas elecciones primarias, por parecernos el método que entrañaba mayor justicia y que dejaba en las manos de la gente una decisión tan importante, que tiene que ir blindada de legitimidad al encuentro final, porque es la única manera de asegurarnos una victoria en las condiciones adversas que no desconocemos ni negamos, pero que son derrotables en tanto y en cuanto busquemos ese blindaje en la unidad y la legitimidad.
Nuestro interlocutor no estuvo de acuerdo, y lamentamos profundamente que haya desestimado este ejercicio de democracia en momentos cuando este valor está tan deteriorado en nuestro país.
Su contrapropuesta fue decidir la candidatura unitaria por encuestas. De su lado propuso dos encuestadoras, por aquí propusimos otras dos, para realizar un total de cuatro. Aceptamos las preguntas propuestas por nuestra contraparte, además de aceptar su método. Y ganamos.
Pero ahora, son ellos quienes no aceptan los resultados del mecanismo que ellos mismos propusieron y que nosotros aceptamos en los términos por ellos planteados.
Y nos tomamos el trabajo de prolongarnos en esta exposición, porque no es poco lo que se juega aquí. No solo estamos en una encrucijada para el futuro mirandino, sino frente a una decisión basada en una metodología que puede ser la vía pavimentada hacia reconstruir el país, o terminar de extraviarnos en un laberinto que hará mucho más larga y dolorosa su recuperación.
Las encuestadoras aceptan las auditorías a su labor. Sin embargo, pretender repetir el trabajo es sencillamente absurdo, ya que se dudaría de su reputación y honorabilidad. Es una ofensa que no puede partir de los mismos que hicieron esta propuesta.
Y he aquí que hoy nos encontramos defendiendo un método que no era el nuestro. Mismo método que es cuestionado por quienes lo propusieron.
Valga por cierto mencionar que, por nuestra parte, propusimos que los alcaldes democráticos de Miranda fueran los candidatos de la Unidad. De entrada, lo aceptaron; pero ahora aparecieron unos candidatos desconocidos, unos “candidatos tapa”, que van contra los liderazgos naturales de la región. Unos liderazgos que ostentan el 80% de aprobación en Baruta, Chacao El Hatillo y Los Salias. Eso no es un daño para nadie en particular, sino para la Unidad en general. Es decir, para el país.
La mayor lección en este lamentable desacuerdo, es que la mejor manera de dilucidar situaciones similares en el futuro, es una elección primaria, nuestra propuesta original.
A todos quienes hacemos vida política nos toca ganar y perder. Hay que ser humilde en la victoria y gallardo en la derrota. Aquí estábamos a la orden del comando de campaña de nuestra contraparte, en caso de haber resultado desfavorecidos por el método que se utilizara, cualquiera que este fuera.
Subrayamos que nuestro enemigo no es el otro aspirante, sino el nefasto gobierno del estado Miranda. Y que no se ganan elecciones con matrices de opinión generadas y creadas artificialmente, se ganan con trabajo.
También rescatamos a nuestro favor que, incluso entre el chavismo que no se siente representado por la alternativa de su partido, nuestra propuesta dobla en intención de voto al otro candidato aspirante a representar a la Unidad.
Sin embargo, reconocemos el liderazgo de nuestro actual adversario y está abierta la puerta para que sea el jefe de campaña de nuestra propuesta. También apoyamos su aspiración legítima a cualquier otro cargo de elección popular que sirva para trabajar por nuestro estado. Es una invitación que extendemos encontrados en la vocación del servicio público.
Aquí estamos abiertos a sentarnos y a dialogar. El balón está en este momento del otro lado de la cancha.