3 de noviembre 2020
Aquí desde Barlovento, te pido querido Dios y Virgencita amada, nos encomendamos a ustedes para que siempre me guíen y alumbren el camino de Miranda y de toda Venezuela.
Concédenos la fortaleza para seguir adelante por más difícil que sea lo que estamos viviendo. Trabajaremos incansablemente para cambiar esta realidad actual.
Amén.
David Uzcátegui.